Enrique crea los cursos gratuitos de dibujo del Ateneo de la Juventud de Lincoln, que dictó ad honoren por 45 años con el invalorable apoyo de su esposa Amanda. En ellos, además de la enseñanza gratuita, los alumnos recibían todos los útiles para trabajar. Como no contaba mayormente con dinero, Enrique hacía: las tizas, los lápices de pasta, las carbonillas, las paletas para los colores, los pinceles, los marcos para exponer los trabajos de sus alumnos, los bancos y pupitres.
Con un grupo de ateneistas crean una escuela para adultos, la que, al carecer de nombre, pasó a designarse como LA ESCUELITA SIN NOMBRE. Primero construyeron el humilde pero significativo edificio. Luego oficiaron de docentes y consejeros; todo sin ningún sueldo. Tenía por fin ensenñar las primeras letras a los adultos que se acercaran. Muchos lo hacían con el puñal en la cintura y el deseo de progreso en el corazón, en ese Lincoln de calles de tierra, profusión de ranchos, carruajes, y analfabetos.Con el mismo espíritu fueron creadores del Instituto Lincoln (1935) y el Instituto 19 de Julio (1941). Primer y segundo Bachilleratos linqueños.
En 1941 presentó la Primera Exposición de dibujos de sus alumnos. Acérrimo defensor de los logros plásticos de niños y jóvenes exponía los trabajos con marcos que él mismo realizaba y en ninguna faltaron los catálogos prolijamente impresos.
Poco a poco la institución fue reconocida nacional e internacionalmente por los galardones que recibieron sus alumnos en distintos certámenes: Primera Exposición Argentina de Arte Infantil (1944), y posteriormente en varias más en Argentina, India, Japón y Polonia. Sus cursos funcionaron en distintos locales hasta que en 1947 el Comisionado Domingo Sorgentini le ofreció un edificio municipal, que se hallaba en deplorable estado, para que allí instalara la institución.
Como un simple obrero se dedicó durante los años 1948 y 1949 a reparar el edificio cedido ubicado en Drago 943. También dio forma a un reloj para presidir la sala mayor. En él escribió su lema: Nunca es tarde para tener un ideal. También construyó una gran alcancía de cartapesta a la que dotó de un original mecanismo para producir un tintineo de agradecimiento.
En 1950 inauguró el nuevo local con la Octava exposición de trabajos de los alumnos y adoptó como lema de la institución: Si tienes dos panes vende uno y cómprate un lirio (su autor: Rabindranath Tagore).
En 1959 como uno de los actos conmemorativos del aniversario de Lincoln se inauguraron en la Sala de Niños del Hospital Municipal las decoraciones murales plásticas realizadas por sus alumnos.