Enrique inició sus motivos de carnaval a los 16 años. Su creación se llamó Epitólogos -hacia Egipto en busca de la tumba de Tutankhamón-. Luego creó Los Naturalistas y, más tarde, en 1927, con barro y ladrillos, dio forma a la carroza carnestolenta Darwinistas, alusiva a la teoría de la evolución. Ella representaba el eslabón perdido entre el mono y el hombre y era tirada por un caballo, al igual que las anteriores.
Cabe recordar que en aquella época los motivos que desfilaban en los corsos linqueños eran: ranchos, barcos, molinos, etc., a los que les daban forma con: maderas, hierros, chapas. Enrique, muy humilde, quiso sumarse a los artesanos y, al no tener dinero, hacía sus motivos de barro dándoles consistencia con trozos de ladrillos.
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